Primeros pasos
- Tras el tratamiento al que se somete a las habas de cacao en las
zonas de recolección, estas se envían a las distintas fábricas
chocolateras. Al llegar, los granos se examinan y se clasifican
minuciosamente.
- Lo primero que se realiza es el lavado y tostado de las habas
del cacao; el objetivo es aumentar el aroma y favorecer el
desprendimiento de la piel de las semillas. Un sistema de cepillado
posterior permite eliminar esas pieles y cualquier otra impureza o
cuerpo extraño.
- A continuación, se realiza la torrefacción de las habas del cacao ya
tostadas, un proceso importantísimo para la calidad final del producto.
En unas grandes esferas giratorias, las habas se tuestan durante unos
pocos minutos a entre 110 y 120 °C., eliminándose la humedad y la
acidez, al tiempo que se favorece el desarrollo de los aromas. Cada tipo
de grano que formará parte de una determinada mezcla de chocolate se
tuesta por separado. Nunca se utiliza un único tipo de grano para
elaborar el chocolate.
- Después de su enfriamiento, las habas, cuyas cáscaras han comenzado a
explotar por el efecto de la torrefacción, se llevan a una máquina de
descascarillar y cribar, que abre los granos tostados y separa los
pellejos, ligeros, de la parte comestible, más pesada.
Las cáscaras y hollejos se reciclan como compost para jardines, o
para elaborar mantecas de baja calidad llamadas comercialmente Cocoa. La
Cocoa tiene un perfume y un sabor relativamente similar al del
chocolate en polvo, pero que carece de las características originales
del Chocolate hecho a base de Cacao. Se consigue mayormente de manera
industrializada y es de color marrón oscuro. La cascarilla sirve para
hacer bebidas todavía típicas de algunos lugares, solo se pone a macerar
un puñado de cascarilla unos minutos, luego esta se hierve con leche y
se bebe caliente. Pero esta bebida resultante carece de nutrientes y en
algunas ocasiones la cascarilla suele contener cobre en cantidades
altas. Por ser muy amarga, la Cocoa es un recurso con gran rendimiento
económico sobre todo para las industrias que modifican el sabor de la
Cocoa con grandes margenes de azúcar, que por ser tan amarga necesita. A
final de cuenta es un producto de calidad muy baja y nada recomendable
para su consumo.
Pasos finales
- El siguiente paso es la mezcla. Determinadas cantidades de
diferentes variedades de granos son pesadas e introducidas en un
depósito cilíndrico, previamente a su paso a las máquinas de molienda.
La mezcla de diferentes granos para hacer cacao en polvo es menos
exigente que la del chocolate, pues requiere gran habilidad del
chocolatero ya que reconocer el aroma y sabor de cada variedad lleva
muchos años de experiencia
- A continuación, se muelen las habas del cacao. Las habas trituradas
pasan a través de una batería de molinos y se someten a un batido a una
temperatura constante de 60-80º; la duración de este tratamiento puede
ir de las 18 a las 72 horas. La duración influye en la textura del
chocolate resultante: a menos batido, mayor aspereza. Por efecto de la
trituración, el tejido celular de las habas, que contiene de un 50 a un
60% de manteca de cacao, permite la liberación en parte de esta grasa,
que luego se licúa por efecto del calor generado por el frotamiento.
- El resultado es una pasta fluida pero densa, la pasta de cacao: una suspensión de sustancias con cacao en manteca de cacao.
- Para su utilización en los diferentes productos, esta pasta se
homogeneiza y se calienta a 100º, para ser luego propulsada en prensas
hidráulicas. Se extrae así la mayor cantidad posible de manteca de
cacao, que se filtra y se compacta en grandes bloques.
- La pasta de
cacao, con un porcentaje de grasa reducido entre el 8 y el 22%, se
presenta en forma de pan u hogaza. Esta parte sólida es durísima, pues
se solidifica a 600 atmósferas.
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